Una mala demostración de la teoría del valor-trabajo. Crítica a Mandel

Introducción

La teoría laboral del valor( de manera muy simplificada, la cantidad de trabajo “abstracto” determina el valor de cambio de las mercancías) es la base de la economía marxista. Obviamente esta teoría (como todas) debe ser demostrada. Los seguidores de la escuela marxista lo han hecho de diferentes maneras. Un resumen sintético de estas se encuentra en la obra de E. Mandel, que nos ofrece tres demostraciones que (supuestamente) prueban su teoría[1].

La primera es la analítica, que desde mi punto de vista yerra al considerar una serie  donde existen otros factores que no se pueden descomponer, como el “factor tierra” y el factor tiempo. Por tanto, la convergencia en el 100% de la serie en el “infinito” no es válida. Además, en caso contrario, esto no lo probaría, ya que la composición total de un factor no se sigue que la cantidad “abstracta” de ese factor determine el valor de cambio, sino que es el único componente(cosa que no es correcta, existen otros). Por otra parte, desde estos razonamientos podría realizarse una misma demostración “fisiocrata” para la “tierra”.  La segunda es la lógica, la que aparece en “El Capital” de Karl Marx. Los fallos pueden ser: considerar en todas las mercancías una propiedad mensurable que será la que determine el valor de cambio(o el cociente de estas determinará los coeficientes aij). Esto no es correcto, ya que, la “razón” o propiedad común(no medible) de las mercancías son los valores de uso distintos y opuestos sobre estas entre las partes que intercambian, por tanto, no se sigue que exista la propiedad común mensurable. Tampoco se sigue que si existe una propiedad común mensurable en todas, esta determine el valor de cambio. No tener en cuenta que existen mecanismos para pasar de medidas ordinales(no cuantificables) a cardinales (en otra “variable”, como los precios), considerar el trabajo “abstracto” como propiedad común(¿por qué no la cantidad de energía “abstracta”(¿única?) empleada en todo el proceso por todos los factores?), etc.

Pero la intención de este texto no es refutar las dos primeras demostraciones, sino analizar la tercera demostración, la prueba por el absurdo. Comencemos por la demostración que hace Mandel:

“Una tercera, y última, prueba de la validez de la teoría del valor-trabajo es la prueba por el absurdo que es, además, la más elegante y la más ‘moderna’.

Imaginemos por un momento una sociedad en la que el trabajo humano viviente hubiera desaparecido por completo, es decir, en que toda la producción estuviese automatizada en un 100%. Claro está que, mientras nos encontremos en la fase intermedia –que es la que conocemos actualmente-, en la cual ya existe trabajo completamente automatizado, es decir, en la cual existen fábricas que ya no emplean obreros, mientras que existen otras en las que el trabajo humano sigue siendo utilizado, no aparece ningún problema teórico particular sino simplemente un problema de transferencia de plusvalía de una empresa a otra. Se trata aquí de una ilustración de la ley de perecuación de la tasa de beneficio, ley que examinaremos más adelante.

Pero imaginemos este movimiento en su conclusión última. El trabajo humano queda totalmente eliminado de todas las formas de la producción, de todas las formas de servicio. En tales condiciones ¿puede subsistir el valor? ¿Qué sería de una sociedad en la que ya no hubiese nadie que tuviera rentas y en la que las mercancías continuaran teniendo un valor, y continuaran vendiéndose? Tal situación sería manifiestamente absurda. Se produciría una masa inmensa de productos cuya producción no crearía renta

alguna, puesto que ninguna persona humana intervendría en su producción. Pero se intentaría “vender” dichos productos, que, sin embargo, ya no tendrían comprador. Es evidente que en una sociedad tal la distribución de los productos ya no se haría en forma de venta de las mercancías, venta que, por otra parte, sería totalmente absurda debido a la abundancia producida por la automatización general.

En otras palabras, la sociedad en la cual quedara totalmente eliminado el trabajo humano de la producción, en el sentido más general de la palabra, incluyendo los servicios, sería una sociedad en la cual el valor de cambio habría desaparecido igualmente. Lo cual prueba la validez de la teoría, puesto que en el momento en que el trabajo humano desaparece de la producción, el valor desaparece igualmente.”

Consideraciones previas

Comencemos por este extracto:

Mientras nos encontremos en la fase intermedia –que es la que conocemos actualmente-, en la cual ya existe trabajo completamente automatizado, es decir, en la cual existen fábricas que ya no emplean obreros, mientras que existen otras en las que el trabajo humano sigue siendo utilizado, no aparece ningún problema teórico particular sino simplemente un problema de transferencia de plusvalía de una empresa a otra.

  Supongamos ahora que existe una fábrica totalmente automatizada o con una cantidad de trabajo ínfima, como algunas actuales[2]. Supongamos que debido a su mayor eficiencia reporta más beneficios, por lo que, hemos llegado a una situación en la que todas las fábricas de ese sector operan de esa manera. Pensemos ahora en el proceso de producción. Partamos de que estamos en el proceso de la etapa final (puede ser en cualquiera, pero este es más ilustrativo). Entonces tenemos que los bienes intermedios llegan a esta unidad de producción, pasan por la fábrica, y mediante el proceso de automatización, se trasforman en bienes económicos, distintos a los bienes intermedios, listos para su consumo. Supongamos que el proceso de distribución está también automatizado, es decir, sin necesidad de trabajo humano se llevan los productos terminados a unidades de distribución, que tampoco usan trabajo humano para realizar su actividad. Ejemplo de estas son las máquinas expendedoras. El producto de cada fábrica es intercambiable para los consumidores con el producto fabricado en el anterior proceso. El precio, entonces, se mantendrá más o menos similar al anterior (probablemente más bajo debido a un aumento de productividad). Entonces vemos que el valor de cambio (del bien intermedio al bien de consumo), que no es igual al precio, aumenta. Pero en el paso del bien intermedio al bien de consumo, el bien no puede “absorber” trabajo abstracto o trabajo socialmente necesario de manera directa, ya que en el mismo no interviene fuerza de trabajo.

Podría argumentarse que la situación hipotética hace muchas suposiciones y que por tanto la crítica no es generalizable. La primera parte sería correcta, pero la segunda no. Lo que se está buscando es un contraejemplo, que obviamente es un caso particular. Es decir, partir de una situación en la que se den las hipótesis, pero en el que la tesis sea contraria a la predicha por la teoría. Por ejemplo, supongamos que se dice: “Todas las raíces cuadradas de números naturales son números irracionales”. Entonces vemos que 4 cumple las hipótesis, en efecto, es un número natural. Pero vemos que no se cumple la tesis, su raíz es un número irracional, ya que √4=2=2/1  , y por tanto es un número racional. Solo hemos utilizado 1 número natural de infinitos que hay. La razón estriba en que hay que buscar situaciones en las que el trabajo no intervenga, para que no se le atribuyan las causas. Por tanto, con un ejemplo particular se puede demostrar la falsedad de la regla o “teoría”. Eso sí, se puede solucionar el problema con “ningún escocés verdadero” o hipótesis ad hoc. Realizaremos otra observación más abajo que será también aplicable a este caso.

 El razonamiento lógico.

Sigamos con el extracto. En primera instancia veamos que esto dista de ser una demostración, no por el contenido de las proposiciones, que es discutible como luego veremos, sino porque parte de un esquema de razonamiento que no es válido. En efecto:

Hipótesis: “Imaginemos por un momento una sociedad en la que el trabajo humano viviente hubiera desaparecido por completo.” Es decir, ¬ T.

Tesis: “Sería una sociedad en la cual el valor de cambio habría desaparecido igualmente.” Es decir, ¬ V. Combinado con la hipótesis, tenemos que:

¬ T→¬ V

Pero, se concluye que: “Lo cual prueba la validez de la teoría, puesto que en el momento en que el trabajo humano desaparece de la producción, el valor desaparece igualmente.” Con la teoría se refiere a la teoría del valor trabajo, que de manera hipersimplificada, dice que la cantidad de trabajo socialmente necesario determina el valor de cambio de las mercancías. Esto puede expresarse como T→V. Es decir, tenemos que:

  1. ¬ T→¬ V
  2. ¬ (¬ T)
  3. T                  Por doble negación en 2.
  4. V                 “Debido” a 1 y negación de  ¬ V.

Pero, ¿es esto un razonamiento correcto? La respuesta es negativa, de hecho estamos ante una falacia de negación del antecedente. Por ejemplo, si decimos que: “si te ayudo con Física, aprobarás” (1). Pero supongamos que el “profesor” está ocupado y no lo ayuda (2). Entonces afirmamos que suspenderá (4). Sin embargo, esta afirmación es falsa, ya que puede estudiar por su cuenta, buscar otro profesor…

Lo que se podría razonar de manera correcta es (Modus tollendo tollens):

  1. ¬ T→¬ V
  2. ¬ (¬ V)
  3. V                 Por doble negación en 2.
  4. T                 Por modus Tollens en  1-3.

En nuestro ejemplo del profesor de Física equivaldría a: si te ayudo con Física, aprobarás (1). El alumno suspende (2), entonces concluimos que el profesor no lo ayudó (4). En el caso de la teoría del valor lo único que se habría probado es que el valor implica trabajo. Pero este razonamiento solo implica una condición necesaria, no suficiente. Es tan poco útil como decir, si no existe materia, no existen mercancías, por tanto, no existe valor de cambio. Entonces, si existe el valor de cambio implica necesariamente materia.

En segunda instancia, lo que queremos probar es que T→V. Es decir, la existencia de trabajo implica valor. Pero de ahí no se sigue que la cantidad de trabajo abstracto determine  el valor de cambio de las mercancías. Simplemente que el trabajo “crea” valor, pero no implica que sea el único ni en qué medida lo hace. Veámoslo con un ejemplo: Si estudio aumenta mi conocimiento y por tanto, mi nota del examen. Pero de ahí no se sigue que la cantidad de estudio “abstracto” determine mi nota en el examen o que sea el único factor que la determine (puedo copiar, el profesor puede corregir mal, puedo tener suerte con el examen…). Necesitamos más proposiciones para llegar hasta ahí.

El razonamiento económico.

Una vez analizado y “desmenuzado” el razonamiento lógico, veamos que ocurre con el contenido “predicativo” de este. Es decir, veamos los argumentos.

Comencemos primero con dos extractos que Mandel inteligentemente coloca en la demostración: “masa inmensa de productos”, “superabundancia”.

El argumento que utiliza es: “producida por la automatización general.” A pesar de la brillante idea inicial, aquí el autor no está tan fino. ¿Por qué la automatización general produce superabundancia? Abundancia implica que los bienes necesarios para la satisfacción de las necesidades son menores que los bienes disponibles. La automatización general aumenta la producción de bienes, pero de ahí no se sigue que estos cumplan la condición de abundancia. Basta que exista un factor de producción escaso, para que el bien pueda ser escaso. Por ejemplo, para la producción de un bien A, si el factor de producción Ani, que es una materia prima, es lo suficientemente escaso, el bien A será escaso.

Aun así, añadamos como hipótesis en la etapa de automatización no existe ningún factor escaso, y por tanto, existe superabundancia, como plantea Mandel. Aquí es donde el autor si está fino, si la superabundancia se da, entonces los actores irán asignando los bienes a los fines que para ellos tienen más valor. A medida que nuestro stock de bienes es más grande, los fines que iremos satisfaciendo tendrán un menor valor, por lo que, el bien (que es el medio que usamos para satisfacer nuestro fin) tendrá menor valor. Entonces, en el caso de la superabundancia este valor será cercano a 0. Por tanto, como el valor de uso es 0, nulo, no existirán mercancías, ya que los bienes al no tener valor de uso, no pueden tener valor de cambio. Nótese que no es bicondicional (aunque el valor de cambio sea nulo, puede existir valor de uso). Pero démonos cuenta de que la existencia o inexistencia de fuerza de trabajo no es la causa de que los valores de cambio sean cero. Como ejemplo, supongamos que todos los ciudadanos tienen abundantes cantidades de relojes de muñeca, por lo que, una unidad adicional de reloj de muñeca no tendrá ningún valor de uso.

Vayamos ahora el razonamiento de Mandel para llegar a que el valor de cambio sea nulo: “Una masa […] de productos cuya producción no crearía renta alguna, puesto que ninguna persona humana intervendría en su producción. Pero se intentaría “vender” dichos productos, que, sin embargo, ya no tendrían comprador.”

Para Mandel es la ausencia de renta lo que impide la existencia de valores de cambio. Aquí se añade una hipótesis que no necesariamente tiene que darse, veámoslo con un contraejemplo.

Supongamos que la sociedad llega a una automatización total. Debido a esto se establecen núcleos de producción y de distribución de productos, tal que, estos se hacen accesibles en los núcleos de distribución. Pero como ya vimos, la hipótesis de superabundancia no era necesariamente cierta, y si lo fuera, sería la causa, por lo que, no la tomaremos como tal. Entonces, existe escasez (menor que en etapas anteriores) de bienes, por tanto se hace necesario un mecanismo para su distribución. Este es el reparto de una cantidad de dinero a cada individuo adulto de la sociedad. Entonces, debido a la existencia de un medio de intercambio y a la existencia de bienes “escasos”, se formarán precios de la siguiente manera. Supongamos que existen  unidades de un bien económico. Supongamos también que existen demanda=(en términos de unidades) de ese bien. Como es un medio escaso, m>n, entonces se producirá un proceso de concurrencia entre los “demandantes” para obtener los n productos. En efecto, supongamos que el demandante que más valora ese bien, m1 está dispuesto a pagar Dm1 (esto es la cantidad máxima). El segundo demandante que más valora el bien está dispuesto a pagar Dm2, tal que Dm1> Dm2Así sucesivamente hasta que lleguemos a al demandante n, tal que, Dm1> Dm2>…>DmnEntonces, los m-n restantes demandantes quedarían “excluidos”. Pero debido que (Dmi– Dmn)  ∀ ∈ ℕ/i<n se valora más que 0, entonces el precio quedará fijado en Dmn.  Nótese que podría ser ≥. Este precio fluctuaría con los siguientes actos de compra, a partir de precio original. Vemos entonces que en los bienes económicos existen precios, por lo que, existen valores de cambio (aunque estos no son lo mismo). Entonces hemos partido de la no existencia de trabajo, pero hemos encontrado valor de cambio. El trabajo abstracto no ha determinado el valor de cambio.

Hagamos ahora una serie de observaciones. La primera es que este sistema no se postula como un sistema perfecto o un sistema óptimo, sino como un sistema posible. La segunda, muy relacionada con la observación que realizamos con las fabricas automatizadas, esto es un contraejemplo, y por tanto específico. Pero, démonos cuenta que en los procesos de producción actuales (y los pasados) son un grado intermedio, tal que el grado máximo es la automatización general. Por tanto, estamos ante una diferencia de grado, no de clase, por lo que, este análisis no supone una categoría diferenciada. La tercera, se puede argumentar que no es una sociedad capitalista, aunque es discutible hasta que punto no sería “aplicable” tal ejemplo. Veamos como se formó esa sociedad: en la etapa previa a la automatización general, se establecen los planes para llevarla a cabo. Estos implican una gran inmovilización de factores de producción, todos los posibles en la economía para que cada sector quede automatizado. Debido a la condición necesaria de todos los factores, estos establecen un acuerdo para que después de esta se los ofrezca una cantidad determinada de medios de cambio(qué puede variar con las variaciones del sistema automatizado), de tal manera que debido a la automatización y a los acuerdos se recibirá más que en la etapa anterior. Por su parte, los propietarios de los núcleos lo aceptan(son condición necesaria), pero siguen manteniendo su propiedad(por ejemplo, para futuras modificaciones o futuros cambios de estos…) Vemos entonces que debido a que ambas partes obtienen beneficios, deciden llevarlo a cabo, y volvemos a la situación del inicio del párrafo anterior. Nótese que siguen siendo aplicables las observaciones uno y dos de este párrafo.

Conclusión

En conclusión, hemos analizado una de las tres demostraciones de la teoría laboral del valor. Hemos visto que esta demostración incurre en fallos, de tipo lógico, sobre las implicaciones, sobre la renta…, pero que también tiene puntos interesantes, como el de la abundancia, íntimamente ligados con otras teorías económicas.

Comentarios posteriores

Véase los comentarios que hace David de Bedoya (en especial párrafo 2 del apartado 1). También mi aclaración. Y posterior comentario de David (en especial párrafo 10).

 


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